(Superman, 1978)

28 de mayo de 2022
Querido diario:
Ahora que están tan de moda las películas basadas en cómics de superhéroes, me ha parecido oportuno revisar una de las sagas clásicas: la de Superman, con el malogrado y ya legendario Christopher Reeve.
Por supuesto, he comenzado con el film que dio inicio a dicha saga. La cuestión es que, a pesar de haberla visto varias veces y creer conocerla bien, esta nueva revisión me ha permitido descubrir algunos aspectos interesantes totalmente pasados por alto en anteriores visionados. Por otro lado, la facilidad de hoy día para acceder a la información, me ha servido para comprobar que su rodaje fue casi más apasionante que la película en sí.
EL RODAJE
Empezando por el principio, por su génesis, "Superman" nació del empeño de dos productores independientes: Alexander Salkind e Ilya Salkind (padre e hijo, respectivamente). Tras hacerse con los derechos y aceptar las imposiciones de DC, editora del cómic, contrataron como guionista nada menos que a Mario Puzo (autor de la novela y el guion de "El padrino"). La idea inicial era hacer una adaptación seria y bien realizada del cómic, huyendo del aspecto y simplicidad propias de anteriores adaptaciones de serie B, como el Superman y el Batman televisivos de los años 50 y 60. Además, confiando en el éxito, decidieron hacer la película en dos partes, así que el guion resultante fue un auténtico mamotreto difícil de manejar por su extensión. Al mismo tiempo intentaron buscar una estrella de Hollywood para el papel de Superman, pero la cosa no resultó fácil: la opción inicial, Robert Redford, rechazó amablemente, cosa que también hicieron otros actores como Paul Newman. Entretanto contrataron como director a Richard Donner, debido a su reciente éxito con "La profecía", quien vio las enormes posibilidades y se enamoró del proyecto.
Con el primer guion ya finalizado y sin protagonista, el tiempo pasaba y no tenían inversores ni estudios que avalaran su realización. Así que decidieron cambiar de estrategia: intentarían contratar estrellas para papeles secundarios y el protagonista sería algún desconocido. Y... ¡bingo! Ofrecieron el personaje de Jor-El, padre biológico de Superman, nada menos que a Marlon Brando. Su caché era altísimo debido a sus recientes éxitos con "El padrino" y "El último tango en París", pero los Salkind accedieron, con la esperanza de atraer a nuevos miembros e inversores. Brando aceptó, no por el guion (que ni siquiera se molestó en leer, convencido de estar participando en una mierda), sino por el dinero que necesitaba para mantener su tren de vida, su isla y esas cosillas de la gente sencilla. Cobró 4 millones de dólares por sus 10 o 15 minutos en pantalla. Con el sí de Brando, otra estrella se unió: Gene Hackman, muy popular entonces a raíz de "The French Connection", "La conversación" y "La aventura del Poseidón", aceptó el papel del villano Lex Luthor. Ahora sí, con Brando, Hackman y Puzo, el proyecto comenzó a interesar a Warner Bros., mientras otros conocidos actores se iban sumando: Glenn Ford, Trevor Howard, Jackie Cooper, Terence Stamp, Susannah York, Ned Beatty... Al mismo tiempo se organizó un casting para buscar primero a Superman y, más tarde, a Lois Lane, papeles que recayeron en Christopher Reeve y Margot Kidder.
El director Richard Donner decidió que rodarían simultáneamente las dos partes de la película, optimizando así el uso de los recursos: decorados, actores, equipo, etc. Donner sabía
que el éxito de la película residía en dos cosas: una, convencer al
público de que Superman volaba de verdad. Para ello se rodeó de todo un
equipo de expertos en efectos especiales que, día a día, iban inventando, creando y
mejorando nuevas técnicas y trucos visuales, nunca hechos hasta ese momento y que resultaron creíbles en pantalla (de hecho, la película se estrenó con la frase publicitaria "Usted creerá que un hombre puede volar"). Esto supuso un considerable retraso en el rodaje y que el presupuesto se le fuera de las manos. La segunda cosa era que la historia de amor entre Superman y Lois debía funcionar, así que contrató a otros guionistas que pulieran el primer guion de Mario Puzo y aportaran nuevas ideas y detalles (uno de ellos fue Robert Benton, director y guionista, que triunfaría poco después con "Kramer contra Kramer").
"Superman" no se estrenó, como se había publicitado, en el verano de 1978. Los continuos retrasos de Donner y el gasto desbocado habían enrarecido el ambiente, hasta el punto de que los productores y él no se hablaban. Estos, además, contrataron a otro director que ya conocían, Richard Lester, para que actuara como interlocutor (¿o pensaban hacer otra cosa?). El caso es que, llegados a este punto, exigieron a Donner que dejara de lado "Superman II" (de la que ya había rodado el 70 %) y se centrara en terminar la primera parte para estrenar en Navidad. Los nuevos plazos se cumplieron y el éxito fue arrollador.
LA PELÍCULA
El argumento de este clásico es bien conocido: en el lejano planeta Krypton, a punto de ser destruido en una catástrofe geológica, el científico Jor-El (Marlon Brando) y su esposa (Susannah York) deciden salvar a su único hijo enviándolo a la Tierra a bordo de una nave. A su llegada, el niño manifiesta unos poderes sobrehumanos y es acogido por una pareja de Smallville (Glenn Ford y Phyllis Thaxter), un pequeño pueblo estadounidense, donde se cría en los valores paternos hasta la juventud. Tras la muerte de su padre adoptivo comienza a buscar respuestas que encontrará en el extraordinario legado que su padre biológico envió con él y decide emplear sus cualidades únicas para ayudar a los seres humanos. Decide mantener una doble identidad, buscando trabajo como un torpe reportero en un periódico de Metrópolis, mientras se revela al mundo como Superman. Inmediatamente se gana el afecto de la gente con sus acciones, pero pronto encontrará un poderoso rival: Lex Luthor (Gene Hackman), un inteligente villano, para quien Superman supone un estorbo, al ser el único capaz de alterar su propósito de cambiar el perfil de la costa oeste de California mediante una explosión nuclear que active la falla de San Andrés, con el único objetivo de obtener grandes beneficios en sus planes de especulación inmobiliaria.
Hasta este nuevo visionado, nunca había caído, en los paralelismos existentes entre la religión cristiana y el guion/cómic. En cuanto al origen de Superman, creo que, quien más quien menos, sí había caído alguna vez que Superman se asimila, en cierto modo, a Jesucristo: un hombre todopoderoso enviado por su padre a la Tierra para ayudar a la humanidad. Pero, además, su salida recuerda un poco el nacimiento de Moisés: ante una catástrofe anunciada, sus padres lo colocan en una cesta/nave y lo envían por el Nilo/espacio para salvarlo de la muerte. Ya de adulto se convertirá en la luz y el salvador de su pueblo.
Por otro lado, el guion está estructurado en tres grandes bloques correspondientes a edades concretas del personaje: el origen de Kal-El (nombre real de Superman) y su salida de Krypton; un bloque más breve, su etapa más desconocida, de su infancia/juventud en Smallville y la búsqueda de conocimiento a través del diálogo con Jor-El; y la parte más larga, su edad adulta en Metrópolis cuando se da a conocer a través de sus acciones. Una cierta semejanza con lo que ocurre en los evangelios con el relato de la vida de Jesús: su origen, nacimiento y la huida a Egipto; un episodio de su anónima infancia (el encuentro con los doctores en el templo); y la más extensa, con su vida pública, en la que da a conocer su mensaje, con sus obras y milagros. Grande, Mario Puzo.
La película sigue funcionando perfectamente, aunque dudo que pueda resultar tan atractiva al público de hoy, a los millennials, acostumbrados a un ritmo más frenético y más peleas en las películas de acción. Y, por supuesto, a efectos digitales impresionantes. Puede que los efectos de "Superman" ya estén superados, pero hay que reconocer que estaban muy bien hechos para ser solo efectos mecánicos y ópticos (no, aún no se usaban ordenadores), que Superman volaba muy bien (incluso mejor que en algunas de las secuelas) y que conserva el sabor de lo clásico y artesanal. Y no, no se notan nada en muchas escenas (es cierto que en otras, notamos "algo raro" debido a las retroproyecciones, maquetas y la cámara marcha atrás). De hecho, los efectos fueron una revolución en su momento y ganaron el Oscar de aquel año. Otro deberían haberle dado a Christopher Reeve por la elegancia en su vuelo y aterrizajes: gran parte de hacerlo creíble procede de su interpretación. También merecen elogio los impresionantes decorados, especialmente los de la fortaleza de solitud, la guarida donde Superman se retira a "conversar" con su padre. Tal es así, que "Superman Returns" los recreó de nuevo en 2006. Lo mismo que el vestuario diseñado por la hispano-británica Yvonne Blake, que luce sobre todo en los malos.
Pero no solo de efectos vive el cine. Destaca también la química entre sus actores, tanto entre Margot Kidder (que interpreta a Lois Lane) y Christopher Reeve (ya sea bajo la apariencia de Superman o la de Clark Kent), como entre Gene Hackman (el supervillano Lex Luthor) y sus secuaces (Ned Beatty y Valerie Perrine), quienes llevan sobre sus hombros la mayoría de la parte cómica del film. Y lo hacen estupendamente, la película gana muchos enteros cuando aparecen. Añadir que Christopher Reeve lo hacía realmente bien interpretando de forma diferente, en el habla, la pose y los movimientos a cada una de las dos encarnaciones de su personaje y, aunque es lugar común la broma de que entre uno y otro solo intermedia un cambio de gafas, Reeve convence en ese doble papel.
La parte de Krypton resulta interesante y llamativa, e incluye un hecho que podría parecer gratuito, pero que, en realidad, sirve de nexo con la secuela, como es el juicio de los tres criminales condenados a vagar eternamente en la zona fantasma. La parte de la infancia y juventud de Superman en Smallville, se me hace excesivamente corta. Me agrada bastante todo ese segmento y echo en falta más momentos de la vida con sus padres adoptivos. (Alguien debió pensar lo mismo, e hizo una serie de televisión entera bajo ese título). Es la última secuencia de esta parte (el retiro de Superman a la fortaleza de solitud), donde se alcanza la mayor hondura psicológica de un personaje en busca de su pasado, en busca del padre y en busca de respuestas: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿por qué estoy aquí?, ¿cuál es mi destino? En la última parte, como ya he dicho destaca sobre todo el personaje de Lex Luthor y es la parte de aventuras y proezas. También en esta parte encontramos los peores excesos y las cosas que más chirrían: Superman entrando en la falla para revertir el movimiento, y luego cambiando la rotación de la Tierra para... ¡¡¡que el tiempo vaya hacia atrás!!! Señores guionistas: terminar una buena historia con semejante disparate... Ya les vale. Admitamos que Superman pueda cambiar el sentido de la rotación terrestre (que ya es poder), pero eso solo cambiaría la rotación, ¡¡no el tiempo!! Lástima. Demasiado poder para un solo superhombre. Y todo ello por amor: el más grande encoñamiento que ha narrado el cine.
LA EDICIÓN ESPECIAL
En el año 2000, se hizo un nuevo montaje, supervisado por Richard Donner, en el que se incluyeron algunas escenas descartadas en su momento de la película original. Entre ellas destacan: una conversación más larga del juicio y de la reunión del consejo de Krypton (que resulta interesante); un breve diálogo en el que descubrimos que la niña que ve correr al joven Clark Kent junto al tren, en Smallville, resulta ser Lois Lane (simpática, pero prescindible); una nueva conversación de Superman con Jor-El en la fortaleza de solitud, después de revelarse al mundo (bastante interesante); la destrución del cartel de Hollywood durante el terremoto (prescindible); y una serie de trampas que Superman debe superar antes de conseguir acceder a la guarida de Luthor (pura acción y espectáculo, que queda bastante bien). No soy muy amante de nuevos remontajes, pero este no está mal del todo.
Calificación: 8/10
Recomendación: Para disfrutar y volver a sentirse niño.
Dirección: Richard Donner
Nacionalidad: Estados Unidos/Gran Bretaña/Canadá
Género: Ciencia-ficción
Duración: 143 minutos
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