04 agosto 2022

Top Gun (Ídolos del aire)

 (Top Gun, 1986)

 


3 de agosto de 2022

Querido diario: 

Hay películas que marcan a todos los miembros de una generación y quedan para siempre en su recuerdo. Te confieso que a mí, con "Top Gun", eso no me sucedió.

No la había visto desde..., hace mucho. No puedo precisar el año. Solo la vi una vez en aquellos tiempos en los que nos actualizábamos cinematográficamente a base de visitas al videoclub, teniendo cuidado en escoger el formato correcto, VHS o Beta, según nuestro aparato reproductor (me refiero al chisme electrónico donde insertábamos la cinta, claro). Debían ser, pues, finales de los años 80 o primerísimos 90.

Ya en ese momento, la película me dejó un tanto frío. No digo que sea sumamente mala (de hecho, se deja ver con facilidad), pero no logro conectar con el tema de los avioncitos. En esta revisión, podría decirse que corroboro mi primera impresión.

Como sabes, querido diario, la historia se centra en un joven y chulito teniente de la marina estadounidense, apodado Maverick (Tom Cruise), que es enviado junto a Goose (Anthony Edwards), su oficial de radar, amigo y única "familia", a una academia de élite para pilotos de combate. Allí demuestra su gran habilidad, y su arrogancia, entablando una cierta rivalidad con Iceman (Val Kilmer), otro alumno brillante, al tiempo que entabla una relación con una instructora (civil, por supuesto, que no piense nadie que el ejército es un puterío), interpretada por Kelly McGillis. Poco después, un accidente en uno de los ejercicios hará que Maverick se replantee su futuro.

El gran problema es que la película tiene un argumento más bien escaso y no demasiado original. Esto podría minimizarse u ocultarse con un guion brillante que tenga unos personajes atractivos, buenos diálogos y situaciones que atrapen la atención. Y no es así. El guion no es excesivamente destacable, sino correctito, sin más. Muchas de las acciones son previsibles o poco originales y los personajes resultan simpáticos, pero no destacan por su arrolladora personalidad. La música y la espectacularidad de las secuencias de vuelo pretenden ser el punto fuerte que atrape al espectador y levante la película. Estas, efectivamente, enganchan a muchas personas, pero no a otras. Me incluyo en este segundo grupo: me cansa tanto vuelo acrobático y tanta misión aérea; no me entero de qué está sucediendo, porque solo veo primeros planos de aviones subiendo y bajando y planos de pilotos con su casco y mascarilla (¡fui incapaz de reconocerlos hasta que me di cuenta de que llevan su apodo en el casco!). Sí, al final te enteras de qué sucede o ha sucedido por los comentarios de los pilotos, pero no por lo que te muestran las imágenes. Y no, no sé qué avión es de cada uno. Si no soy capaz de distinguir un Nissan de un Audi hasta que veo el escudo, ¿cómo pretenden que distinga un F-14 de un MiG o de una avioneta teledirigida?

Por otro lado, ciertas cosas son demasiado previsibles. Que ya hemos visto mucho cine. En cuanto muestran a uno de los pilotos con su esposa y su hija, ya sabemos que está sentenciado, que su destino en la película es no llegar al The End, que será el primero en caer en cuanto la cosa se ponga chunga. Y alguna escena es, francamente, prescindible: ¿alguien me puede decir qué aporta el jueguecito de voley playa entre los alumnos, aparte, claro está, de mostrar torsos masculinos desnudos, bronceados y sudorosos? Que para enseñar carne ya está la escena de los vestuarios en la que, al menos, hay diálogo entre los actores. En esta solo sonrisas, cámara lenta, brillos en los pectorales... y acción paralizada. Si al menos la hubiesen rodado en 3D, podría verse salir algún abdominal de la pantalla. También hay alguna contradicción dentro del propio guion, como la escena de la pareja Cruise-McGillis, con Goose, su esposa e hija cantando en un bar, después de haber insistido McGillis en escenas anteriores que no quería que se supiera de su relación con un alumno.

No todo es negativo. Ya he dicho que la película se ve y digiere con facilidad. La labor del director Tony Scott es más que digna y logra salvar un producto palomitero que, en manos de otro, podría haber caído en el espanto más absoluto. Las secuencias de aviones (aunque yo me pierda con ellas, no entienda qué está ocurriendo y me harten) son bastante espectaculares y, recordemos, están rodadas con aviones reales, salvo los planos de accidentes y disparos (realizados con maquetas y pirotecnia) y los primeros planos de rostros de pilotos (en los que se utilizaba retroproyección). No, aún no habían llegado los ordenadores al cine. Faltaba muy poco, pero en esta cinta aún se usaron efectos ópticos y mecánicos, más artesanales, pero muy bien realizados y que no se notan nada. El sonido es endiabladamente bueno y espectacular en todas esas secuencias de vuelo.

Los intérpretes lo hacen bastante bien, pero, para mí, destacan dos de ellos. Por un lado, Kelly McGillis, muy guapa y convincente en su papel, y que parece algo mayor que Cruise y sus compañeros, quizá por su caracterización. Precisamente esa pequeña diferencia de edad, da mayor verosimitud al personaje de instructora con mayor experiencia que sus alumnos, sin que ello sea óbice para no creerse la historia de amor. El otro es Tom Skerritt, el instructor Viper de la división. Este secundario siempre me ha parecido un actor muy sólido y contenido, que suele bordar los pequeños papeles que le dan. Creo que está algo infravalorado. Para mí está perfecto en ese papelito.

Claro está, la música es, quizá, lo que más se recuerda y es otro puntal de la película. La banda sonora destaca por numerosas canciones de rock (varias de ellas compuestas por Giorgio Moroder), muy bien encajadas a lo largo del metraje. Entre ellas destacan "Danger Zone", interpretada por Kenny Loggins y que abre la película, y, por supuesto, la ganadora del Oscar, "Take My Breath Away" interpretada por Berlin, y reservado para el polvo (por cierto, que tendemos a magnificar las cosas más de la cuenta, y resulta que la esta breve escena no eran más que unos cuantos besos con lengua y a contraluz). En cuanto a la música incidental de Harold Faltermeyer, el tema principal ("Top Gun Anthem") se recuerda y suena muy bien, así como la del resto del film, aunque en un par de escenas chirría un poco, al no casar demasiado bien con la imagen.

Total: otra de esas películas que ha pasado a ser mítica, y no me explico por qué. Para mí no es más que una cinta que combina con tino comercial rock, acción, amor y escenas aéreas, sin más objetivo que pasar un rato sin complicaciones y dar alegrías a los cultivadores de maíz.

    
Calificación: 6/10
Recomendación: Para ver, con palomitas, una tarde de domingo.
 
 
Dirección: Tony Scott
Nacionalidad: EE.UU.
Género: Acción/drama
     Duración: 109 minutos

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